La disfunción eréctil (o impotencia sexual masculina, aunque este término está ya en desuso) es la incapacidad permanente para lograr o mantener una erección que permita tener relaciones sexuales satisfactorias. Resaltamos el término de «permanente» porque es normal que el hombre tenga en alguna ocasión problemas puntuales para lograr o mantener la erección, pero, cuando el problema se vuelve frecuente, estamos ante un síntoma y hay que buscar la causa.
La erección es el resultado de un aumento del flujo sanguíneo al pene.
Cuando un hombre recibe un estímulo sexual, se desencadenan una serie de eventos bioquímicos que llevan a un estado de relajación de las fibras musculares lisas que forman parte de estructuras que hay dentro del pene lo cual permite un aumento de la sangre que llega al órgano a través de las arterias penianas, se llene el tejido cavernoso y aumente la presión intracavernosa. Si la presión intracavernosa es suficiente facilitaría el cierre de las venas encargadas de conducir la sangre hacia afuera del pene y de ahí al sistema venoso central y que esta pueda retornar al corazón. Con el cierre del sistema venoso la sangre arterial sigue entrando al pene hasta que este es capaz de lograr una rigidez máxima con el resultante aumento en longitud y grosor.
Si la sangre que llega por las arterias no es suficiente como para aumentar la presión intracavernosa y cerrar el compartimento venoso entonces la sangre sale por las venas y no se lograría una erección de calidad.
Después que se produce el orgasmo, o desaparece la excitación, disminuye el flujo de sangre que entra al pene, disminuye la presión intracavernosa y sale la sangre retenida a través del sistema venoso.
Si el hombre no tiene una adecuada salud vascular debido a enfermedades o factores de riesgo, es más difícil que este mecanismo funcione correctamente y aparezcan los problemas de erección.
Esta disfunción sexual masculina, al igual que otras, puede afectar el estado emocional del hombre, su pareja y repercutir en la familia y el resto de las personas que le rodea.
Causas de la disfunción eréctil
La prevalencia de la disfunción eréctil aumenta con la edad. Según algunos estudios puede ir desde un 2.3% entre los 30-39 años hasta un 53.4% entre los 70-80 años. Este es un hecho lógico pues “el pene envejece como el resto de los órganos del cuerpo”. Lo que ocurre es que independientemente de la edad, el hombre puede cuidar su “salud vascular” y hacer que los problemas de erección y otras enfermedades vasculares demoren más en aparecer o no aparezcan.
De ahí la importancia de prevenir enfermedades como la diabetes mellitus, hipertensión arterial, cardiopatía isquémica, etc; y evitar o controlar factores de riesgo cardiovascular como el hábito de fumar, obesidad y sedentarismo, aumento de colesterol y triglicéridos, entre otros.
La disfunción eréctil es un factor de riesgo más para parecer enfermedad cardiovascular y se considera un síntoma centinela de enfermedad cardiovascular. Es decir, la disfunción eréctil, en ausencia de otras causas, “nos avisa” que puede haber afectación vascular en otros órganos.
Hay estudios que han demostrado como en hombres sin enfermedades cardiovasculares y que presentan disfunción eréctil es más frecuente que aparezcan infarto del miocardio y accidentes cerebrovasculares en los años siguientes al diagnóstico de disfunción eréctil.
De forma general las causas de disfunción eréctil se pueden dividir en: Orgánicas y Psicológicas. En la práctica, hay un grupo importante donde confluyen ambas causas y las clasificaríamos como Mixtas.
Problemas de erección orgánicos
El 70% de las causas orgánicas son debidas a enfermedades cardiovasculares, sobre todo aquellas que se producen por mecanismo de la ateroesclerosis: Cardiopatía isquémica, hipertensión arterial, etc y en las que juegan un papel muy importante factores de riesgo como: la diabetes mellitus, consumo de tabaco, sobrepeso y obesidad, consumo de drogas recreativas (cocaína y las anfetaminas, etc.) y el alcohol.
Entre las causas orgánicas encontramos las que afectan al sistema nervioso: lesiones de la médula espinal, la esclerosis múltiple y los accidentes cerebrovasculares, Enfermedad de Parkinson, etc. También se pueden dañar los nervios que llegan al pene durante el tratamiento del cáncer de próstata (cirugía o radioterapia), otras cirugías o radioterapia en la pelvis y traumatismos.
En el caso de la Diabetes mellitus, puede producir disfunción eréctil afectando a los componentes vascular y nervioso involucrados en la erección.
Existen medicamentos que pueden causar disfunción eréctil como efecto secundario; es el caso de algunos utilizados para el tratamiento del cáncer de próstata, HTA, antidepresivos, antiarrítmicos, antihistamínicos, etc.
Otras causas pudieran ser: algunos trastornos hormonales como el déficit de testosterona, la Enfermedad de La Peyronie.
Disfunción eréctil de causa psicológica
Cuando hablamos de problemas de erección psicológicos nos referimos a aquellos hombres en los que no se logra demostrar una enfermedad o factor de riesgo causal y sí existe un estado de estrés, ansiedad o de depresión.
Las causas psicológicas puras son responsables de aproximadamente el 10% de las disfunciones eréctiles. En ocasiones, son secundarias, derivadas de traumas psicológicos como los resultantes de un abuso, pero también pueden ser secundarios a estrés (por problemas en el matrimonio, en el trabajo, en relaciones personales…), a ansiedad de ejecución o rendimiento (si el hombre ha tenido un evento anterior de dificultad con la erección, puede que se ponga nervioso pensando en que puede repetirse y ese “miedo a fracasar” le lleve a perpetuar el problema), a ideaciones (por ejemplo, cuando piensa que su pareja no disfruta, habitual en hombres con problemas de autoestima) o a depresión.
Signos y síntomas de la disfunción eréctil
Un varón que sufre de problemas de erección tendrá dificultades para lograr y mantener la erección durante un tiempo suficiente para conseguir relaciones sexuales satisfactorias. Esto puede generarle inseguridad, sentimientos de vergüenza, baja autoestima, disminución del deseo sexual y a veces experimenta una conducta evitativa hacia el sexo. Otros trastornos que están relacionados íntimamente con la disfunción eréctil son los problemas de eyaculación o la incapacidad para tener orgasmos, incluso con estimulación suficiente.
Tratamientos para la disfunción eréctil
Es importante, en la visita médica realizar una historia clínica general y psicosexual detalladas, un examen físico haciendo énfasis en la zona genital y saber escuchar las preocupaciones del paciente. Además, existen pruebas complementarias que pueden ayudar a clarificar la situación de salud del hombre que consulta.
Una vez el médico tenga una orientación diagnóstica, existen varios tipos de tratamientos para la disfunción eréctil.
Antes de hablar de fármacos, lo primero que hay que hacer es:
- Si el hombre padece enfermedades crónicas, es muy importante el control de estas.
- Evitar o controlar los factores de riesgo cardiovascular.
- Evitar los hábitos tóxicos.
- Aconsejar un estilo de vida saludable: alimentación, ejercicio, control del peso corporal, etc
También es recomendable contar con la valoración de un psicólogo y/o sexólogo pues, aunque se demuestre una causa orgánica, casi siempre se añade un componente psicológico al ser una situación que muchas veces se acompaña de afectación emocional importante.
En cuanto a fármacos, si no hay contraindicaciones, generalmente se comienza por comprimidos orales. Estos comprimidos son inhibidores de una enzima que se llama Fosfodiesterasa 5 y con ellos se logra favorecer un estado de relajación de las fibras musculares lisas intracavernosas y que la sangre fluya mejor al pene. Actualmente en nuestro mercado disponemos de 4 de estos medicamentos: Sildenafilo, Tadalafilo, Vardenafilo y Avanafilo; 3 de ellos se toman a demanda (antes del acto sexual) y en el caso del Tadalafilo hay presentación para tomar a demanda y existe una presentación para tomar cada día y no tener que “programar” las relaciones sexuales.
Disponemos de otros fármacos que se aplican en el pene: Alprostadilo en gel o en inyección intracavernosa. También existen mecanismos de erección por vacío y anillas constrictoras.
Actualmente se aplican tratamientos con ondas de choque cuyo resultado es variable y a modo de ensayos clínicos se están probando el Plasma rico en plaquetas y el uso de Células madre, pero estos 2 últimos solo de forma experimental, por el momento.
Existe tratamiento quirúrgico para la disfunción eréctil cuando han fracasado o no han dado buenos resultados todos los anteriores. Se trata del Implante de una prótesis en el pene que puede ser maleable o semirrígida o basada en un mecanismo hidráulico que permite activarla y desactivarla según la necesidad del hombre.
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